el hijo del carnicero
La primera vez que le vi me dio un susto de muerte. Era de madrugada y yo volvía de fiesta, camino de mi, por aquel entonces, recién estrenado apartamento. Me interceptó a mitad de la calle -una calle que todavía me era desconocida- para decirme lo guapa que era y que si me acompañaba. Me siguió durante un buen rato. Él no debía tener más de 15 años, pero el hecho de que estuviera oscuro y yo llevara alguna copa de más; y de que el fuera árabe y un desvergonzado, pues que queréis que os diga, me acojonó.
Después de ese día le he visto decenas de veces. Es el hijo del carnicero hindú que hay al final de la calle. Siempre que nos cruzamos me sonríe. Creo que es su manera de disculparse por el susto que me dio ese día.
Esta tarde me he cruzado con él por la calle de siempre, caminaba apresuradamente e iba de punta en blanco: pantalón tejano recién estrenado, camisa planchada, zapatillas relucientes y pelo engominado. Lucía una tremenda sonrisa y en la mano llevaba una rosa. Creo que había quedado con una chica. Hoy he sonreido yo primero.
4 comentarios:
Cada dia escrius més bé, hi ha molt estil i armonia. Fes una novel.la.
La próxima vez pregúntale, que me he quedado con ganas de saber más de él :)
petonikus, preciosa. Eo, jo també vull que escriguis una novel·la.
vingaaaa,
m.
Pues jo tambe m'apunto, si us plau fes una novel.la....A veure si m'animo a llegir mes.
Si es que el barrio tiene eso, no?
No creo esto te pasara nuna en Pedralbes.
Publicar un comentario