26.12.08

sensacions de nadal (II)

Como cada 24 de diciembre, un año más celebramos nuestra particular misa del gallo. Alrededor de las doce de la noche todos acudimos a la parroquia que, sin vírgenes ni Cristo Rey, sin cura ni salmos, nos agrupa alrededor de la mesa para compartir nuestra particular ostia sagrada.

No falta nadie, algunos de nosotros sólo nos vemos una vez al año, y es ésta. Nadie llama a nadie, nadie queda con nadie, pero todos sabemos que la cita sigue en pie, y al final de la noche, como por arte de magia, todos estamos ahí.

Reímos, cantamos, bailamos, jugamos... Y aunque todo este sarao empezó hace muchos años atrás cantando "Les dotze van tocan", ahora ya no nos hace falta corear esta canción ni comulgar para saber que nos queremos, que nos tenemos, que contamos los unos con los otros, que si a alguien le pasa algo, nunca nos fallaremos.

Y todo esto lo digo porque en estos días me encuentro a mucha gente que no le gusta la Navidad, alegando que son fechas falsas, fechas en las que por narices se tiene que estar contento, quererse y hacer el paripé. Yo creo que Navidad es sólo una excusa para hacer lo que las prisas del año no nos permite, para encontrarnos con nuestros seres queridos a los que durante los otros 364 días no podemos ver porque nuestras vidas han evolucionado por caminos distintos pero a quienes tenemos presentes cada día del año.

A ti, amiga mía, la que cumples años el último día que se puede cumplir, al que te marchaste de la ciudad hace tropecientos años pero parece que nunca te hayas ido, al pequeñajo que me saca ocho palmos, al que siempre hace la última en la barra, al inseparable compañero de los viernes noche, al que no le hace falta tener mis mismos apellidos para ser mi hermano, al que se deja caer porque nos quiere, a todos vosotros... gracias por permitirme un año más creer en la Navidad. Como tarde, nos vemos el próximo 24 de diciembre, seguro.

22.12.08

pequeñas cosas que te hacen dar cuenta que te haces mayor (II)

Me siento mayor cuando desfasar una noche me supone dos días de recuperación física... ¡y cuatro de mental! (hoy voy por el tercero y todavía me cuesta razonar...)

Haber salido de fiesta millones de veces y seguirlo pasando igual (o mejor) que con quince años, eso también me lo da la edad. Y es que hacerse mayor no es siempre malo.

Give me more funky!

11.12.08

la insoportable levedad del ser (I)

Conseguí coger la puerta e irme para siempre.

Pero todavía hoy, bajo tu mirada atenta, yo y las demás (o las demás y yo), completamente desnudas, damos vueltas alrededor de la pisicna. Y cantamos alegres para que tú no nos dispares.

7.12.08

por todo esto

Porque al abrir los ojos por la mañana, eres el primero a quién veo.

Porqué cuando regreso del trabajo la casa huele a sofrito.

Porque tus palabras me devuelven la alegría; y porqué las mías te aligeran la ira.
Porqué siempre me despiertas con besos.

Porqué ayer leímos el mismo artículo en el periódico.

Porqué te gusta desayunar en casa.

Porqué no tengo que acordarme de comprar el papel de water.

Porque nunca nadie nunca antes me había regalado una fregona. Porque nunca te has olvidado de la rosa.

Porqué el sábado me acompañaste a la cena del trabajo. Y el domingo me llevaste a conocer a tu abuela.

Porqué siempre llegas cinco minutos antes que yo a nuestras citas. Y porque esta noche cenamos fuera y nos vamos juntos de concierto.

Porqué en la cama tienes tan pocos tabúes como yo; y porque hacemos el amor pero nunca nos falta sexo.

Porqué aunque a veces yo no me haya respetado, tú siempre lo has hecho.

Porqué nunca te has largado.

Porqué fue sin preguntarte, que me dijiste sí quiero.

3.12.08

pequeñas cosas que te hacen dar cuenta que te haces mayor


El día que te miras la tapa del water de tu baño y caes en la cuenta que es una tapa de plástico blanco, cutre, que según como te la mires, incluso amarillea.... Y piensas que nunca antes te habías fijado en eso. Y entonces investigas sobre el tema y descubres que hay tapas mejores. Y decides que ya es hora de tener un tapa de water de madera, como la que tienen tus padres en el baño y, perdón por la expresión, en la que tan agusto cagabas de pequeña. Y corres a la tienda y no te duele gastarte 30 euros en una tapa como Dios manda.