Va de gatos y perros
Hay personas que son como gatos, y otras como perros.

Las primeras priman la independencia y la libertad por encima de todo. Les gusta saber que tienen un hogar donde acuidir si hace frío, quieren descansar, tienen hambre o necesitan que le curen una herida. Pero no soportan que les quiten la libertad para entrar y salir cuando quieran. De vez en cuando necesitan irse a callejear y volver días o semanas después, con aspecto de acabar de salir de una rafe, y todo lo que esto implica: fiesta, resaca, escarceos, rasguños de alguna pelea y, sobretodo, felicidad en el rostro. Los gatos son capaces de abandonar a sus seres más queridos antes de perder su entorno y capacidad de autonomía. Y si su "dueño" los abandona, sobrevivirán sin demasiada dificultad. Saben que poniendo carita de buenos y con uno o dos maullidos, cualquier otro les acogerá.
El segundo tipo de personas, las que son como perros, en cambio, priman la fidelidad y el compromiso. Procuran no separarse de su ser más querido bajo ningún motivo; prefieren quedarse en casa cuidando a su compañero antes de irse a hacer otras cosas; renunciar a lo que sea por su "amo" es su live motiv. Son fieles e, incluso me atrevería a decir, algo dependientes, no soportan la soledad y mucho menos el abandono. Los perros son capaces de seguirte hasta el fin del mundo, olvidando la calidez del hogar, del entorno e, incluso, olvidando su propia existencia. Muchos son los casos en los que cuando el dueño de un perro muere, éste le hace compañía ante su tumba hasta encontrar la muerte también.
Yo, creo que sí, si hay respeto y comprensión.
Al fin y al cabo, los polos opuestos siempre se han atraído...