2.3.08

pensar en el gimnasio no es bueno (I)

En la sala de máquinas de mi gimnasio hay un aparato para hacer cardio que estoy segura también se encuentra en el resto de gimnasios de la ciudad. Se trata de una máquina a la que te subes y colocas cada uno de tus pies en una especie de palas a lo robocop. Con las manos agarras unos palos que recuerdan vagamente a los de esquis. Tras introducir una serie de datos en el ordenador del artilugio (peso, nivel, tiempo, etc.), las palas y palos, al unisono, comienzan a moverse. Y tú te ves allí arriba, subiendo y bajando las piernas como si quisieras participar en una maratón, y moviendo los brazos también hacia adelante y hacia atrás, como si no te fuera a importar dislocártelos en cualquier momento.


Allí subida no puedo hacer más que mirar al resto de personas que se encuentran en otras máquinas que les sujetan otras partes de su cuerpo. También veo al grupo de chicos-armario que parece que lleven todo el día ahí metidos levantando pesas. Y así, todos los presentes, sudamos la gota gorda pero ponemos cara de orgullo y satisfacción.


Pues bien, he descubierto que si cuando me encuentro subida en esa máquina y observando tal escenario, pienso, automáticamente una escandalosa risa surge de lo más profundo de mi ser y nada ni nadie la pueden parar... Es como si al pensar me saliera de mi cuerpo y lo viera todo desde fuera. De golpe es como si nunca hubiera visto un gimnasio ni supiera lo que es, como si fuera Gurb en el libro de Eduardo Mendoza. Entonces la situación deja de tener ese punto de esfuerzo, sacrificio, salud y pasa a ser una escena cómica. ¿qué coño hacemos todos allí encerrados sudando la gota gorda en nuestro único rato libre? (lo mismo debe pensar la señora que limpia...)

Os animaría a probarlo, a pensar mientras estáis haciendo máquinas, pero mejor que no. El otro día un mazas me pilló en pleno éxtasis y casi me gano una ostia... El gimnasio no es buen sitio para burlarse de nadie, ni siquiera de uno mismo.

3 comentarios:

Eduard Flotats dijo...

Hi ha gimnasos que la gent fa cua a l’ascensor per pujar al pis de dalt de tot, on molt obedients es fiquen a suar a la màquina que simula escales.

Anónimo dijo...

A esa máquina en concreto yo la llamo la "máquina del diablo", soy tan torpe que soy incapaz de aguantar en ella más de 1 minuto! Y te entiendo perfectamente... yo también pienso que estamos todos locos, aunque a mí no me da por reírme... me pongo a escuchar música en mi mp3 para que no me de por llorar!

Flavia Ricci dijo...

Pues mi niña, dicho así y teniendo en cuenta que voy 4 veces por semana al gym, con razón me lo paso riendo !!! (aunque mis favoritos son esos tíos que se creen Terminator I)